Grupos animalistas han firmado un comunicado en el que piden a las autoridades y a los responsables de las grandes cadenas comerciales de alimentación y explotación de macrogranjas industriales la sustitución de las ocas por humanos una vez concluido el circuito de banquetes navideños. Las asociaciones en defensa de los derechos de las ocas creen que sería una manera mucho más ética de producir foie gras, ya que no se somete al ave al proceso forzoso de alimentación conocido como ‘gavage’ sino que se emplearía a gente que ha comido por encima de sus posibilidades fisiológicas y metabólicas de manera voluntaria y cuyo hígado ya estaría lo suficientemente hipertrofiado.

El tamaño importa

Los críticos con el trato de las ocas en las explotaciones avícolas, a las que se introduce grandes cantidades de comida a través de un tubo insertado en sus gargantas para agrandarles el hígado y producir así la preciada delicatessen, consideran “mucho más ético emplear en el proceso a personas que ya sale de ellas ingerir cantidades de comida más allá de lo tolerable entre cena de Nochebuena, comida de Navidad, cena de Nochevieja, comida de Año Nuevo y comida de Reyes, amén de comidas de empresa, quedadas informales con amigos y familiares, y mañanas de tapeo aprovechando que los niños están en casa sin colegio y cualquiera los aguanta en casa estando sobrias”, afirma Belén Palagosa, activista de PACMA y antigua empleada de Apis.

Los animalistas han instado a las instituciones a dar luz verde a su propuesta antes de que los humanos puedan tomarse en serio los propósitos de año nuevo, apuntarse a un gimnasio y tratarse la esteatosis hepática, lo que arruinaría la producción de foie gras.

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