Cada vez más miembros del gremio de parapsicólogos, mediums y espiritistas coinciden en que hoy en día resulta prácticamente imposible contactar con el Más Allá a través de la ouija sin que salte constantemente spam publicitario o se pongan en contacto espíritus que no son el invocado para vender seguros, soluciones financieras para su empresa o Cialis. El colectivo de los amigos del misterio asegura que echa de menos cuando se podía poner el vaso sobre el tablero y comunicarse con un espectro sin temor a que se activasen ventanas emergentes ni a que otras presencias accedieran a sus metadatos para vendérselos luego a otros fantasmas con fines mercantiles. “Estaba claro que si el ectoplasma es gratis, el producto eres tú”, afirman con vehemencia.

Cada vez más allá

A pesar de que el espiritismo llevaba viviendo una época dorada desde su surgimiento en Francia en 1857 y había logrado mantenerse al margen de las prácticas más corrientes del capitalismo salvaje en materia de captación y fidelización de clientes, las nuevas tecnologías han cambiado esta situación idílica. “Antes todo era gratis y directo. Ahora intentas contactar con una presencia y para cuando te quieres dar cuenta en la ouija ya te han intentado colar que inviertas en criptomonedas”, se queja Iker Oseno, ocultista y especialista en energías, siempre y cuando la factura de Iberdrola venga desglosada.

Aunque la parapsicología añora un pasado que ya no volverá, a los fantasmas más jóvenes, nativos digitales, no parece importarles el cambio de paradigma. “Hace años a un espíritu le llamabas y se ponía. Podías mantener una conversación con él a través de la médium. Ahora solo whatsapps de ouija y mensajes de voz”, concluye Oseno con amargura.

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