Un hombre que se había quedado parado en mitad de la carretera BU-701 por culpa de una avería de su vehículo ha sido sorprendido en la tarde de ayer por el servicio de la grúa del seguro cuando estaba a punto de empezar a comerse a su familia “para poder sobrevivir”. El individuo, vecino de Bilbao, que viajaba en dirección a Burgos pero se había desviado por un despiste a la altura de Olmos de Atapuerca cuando sufrió una avería del motor, ha declarado a las autoridades que después de hora y media de esperar a que llegase el servicio de asistencia en carretera, se había visto en la necesidad de decidir a qué miembro de la unidad familiar se comía primero para poder mantenerse con vida. La mujer ha declarado a la Guardia Civil que a ella no le había consultado nada su marido cuando este se puso una servilleta atada al cuello y les dijo “tenemos que hablar”.

Medidas desesperadas

El padre de la familia, compuesta por los dos progenitores, una adolescente de 14 años, un niño de 9 y un cocker spaniel de 4, ha relatado que “a veces en la vida hay que tomar resoluciones, con determinación y valentía, para sobreponerse a las circunstancias” y asegura que no encontró una solución menos traumática ante la inminente caída de las temperaturas, que por la noche podían haber descendido a los 12 grados “pero la sensación térmica era de 10, cualquiera hubiese hecho lo mismo”. El hombre se queja de que su esposa y sus hijos ahora le miran raro “pero bien que se emocionaron viendo la película del Bayona ese, maldito hatajo de hipócritas sensibleros”.

La mujer ha informado a los servicios sociales de que en el coche llevaban una nevera con sándwich vegetales “pero a mí marido no le gusta la rúcula y tampoco había merendado antes de salir de casa”.

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