El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha comunicado al primer ministro de Polonia, Donald Tusk, que “no volverá a pasar lo de la última vez”, a propósito del envío de 5.000 tropas terrestres germanas a Lituania en 2027 a través de suelo polaco. El canciller Olaf Scholz también ha querido tranquilizar por la otra línea a Tusk, quien habría comentado que también la otra vez les dijeron que aquellos soldados alemanes habían entrado en una estación de radio de Gliwice para pedir una canción dedicada de Estrellita Castro y después se lió. La iniciativa alemana pretende desplegar defensas para evitar una potencial invasión rusa pero desde Polonia dicen que eso ya lo han oído antes.

Déjà vu

Aunque el envío de tropas alemanas a otro país soberano europeo por primera vez desde 1945 está coordinado con la Agencia Europea de Defensa (AED) y la OTAN, la población de Polonia no las tiene todas consigo. Según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (ORBS) del Instituto de Filosofía y Sociología de la Academia Polaca de Ciencias, el 72% de la población cree que todo se ha tratado de una estratagema de Alemania para hacer creer al mundo que se habían enfadado y unos se habían hecho demócratas y los otros comunistas, para luego reconciliarse y esperar pacientemente a reactivar un Reich de mil años cuando los tiempos fuesen propicios, mientras que un 82% de los propietarios de pisos turísticos en el centro de Varsovia confía en que no se deprecie la zona cuando reconstruyan el ghetto “con lo que ha costado gentrificarla”.

Joseph Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha pedido a los soldados alemanes que no se les ocurra publicar selfies en Instagram abrazando una barrera de aduana “que no está el horno para bollos”.

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