Al primer ministro israelí le parece “superbien” que se envíe comida para que los gazatíes puedan celebrar el ramadán. “Se puede salir a la calle a zampar cuando cae la noche y nuestras tropas tienen visores nocturnos como para una boda”, ha abundado Benjamín Netanyahu en el canal Talión TV. El dirigente hebreo ha achacado a un “exceso de rigorismo islámico” las fotos de niños palestinos con signos de desnutrición severa. “Algunos se toman muy a pecho lo del ayuno y ya ve usted”, ha lamentado sin dejar de señalar que está dispuesto a mejorar la dieta de los palestinos a base de “plomo y arena, halal por supuesto”.

Al fondo hay sitio

Tras la salida desde Chipre de un barco de la organización Open Arms con 200 toneladas de alimentos, un segundo cargamento de comida está siendo estibado en la isla para partir en los próximos días. “El destino no está claro, dependerá de hasta dónde hayan empujado los israelíes a toda esa gente. Lo mismo zarpamos rumbo a Lekeitio”, han explicado a EFE fuentes de World Chaos Kitchen, la ONG fundada por la chef californiana Summer Gencia. El ministro de exteriores israelí Yisrael Katz ha agradecido los esfuerzos de las ONGs por alimentar a los gazatíes porque “si se les deja a ellos solos montan unas avalanchas humanas que hay que disolver a tiros y esto luego esto parece una guerra en vez de una limp… operación de rescate”.

Katz ha pedido a la opinión pública internacional que no se preocupen tanto porque, “al fondo hay sitio, concretamente en el desierto del Sinaí” para todos los gazatíes e incluso la población árabe de Cisjordania.

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