El profesor universitario, tertuliano y fundador de Podemos ha confesado que en realidad nunca estuvo interesado en la política y que el objetivo final de crear el partido siempre fue generar hype para cuando abriera un bar. El local ‘Garibaldi’, que acaba de abrir sus puertas, ha sido posible “gracias al esfuerzo de todos esos camaradas que han sacrificado su futuro profesional para seguirme en este sueño de abrir un bar de copas, que por otra parte es el sueño de todos los españoles”, ha asegurado Iglesias, quien admite que se siente un poco culpable “por haber metido en canción a tanta gente para que yo pudiera acabar poniendo mojitos” pero que no mucho.

Le ha merecido la pena

El bar, situado en pleno centro de Madrid, será fiel al “espíritu comprometido” de Iglesias y el serrín del suelo estará elaborado a partir de árboles talados por Ayuso para las obras de la línea 11 del metro. “Lo cortés no quita lo valiente, y aunque la política fue una excusa para montar un negocio hostelero seguimos estando comprometidos con los productos de kilómetro cero. El serrín de árboles del Amazonas salía más barato, pero el parque de Comillas es de aquí”, comenta enaltecido Iglesias mientras friega vasos para el reportaje videográfico de Canal Red antes de dejar la tarea a un camarero tan pronto como se apaga la cámara.

El que fuera vicepresidente segundo ha querido quitarle hierro al asunto de la polémica levantada por su “cóctel Durruti” y asegura que se está planteando cambiar la receta del combinado. “Al principio estaba hecho con cazalla, manzana y cítricos, pero a los anarquistas no les ha hecho gracia por la anécdota aquella del naranjero en la Ciudad Universitaria. Esa gente nunca está contenta con nada”, refunfuñaba Iglesias antes de partir para Galapagar.

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