Una joven de Valladolid ha hecho público en redes sociales que las relaciones sexuales que mantiene con su novio, quien se confiesa apolítico, son “frustrantes y absolutamente insatisfactorias” debido a que este es incapaz de elegir postura. A pesar de que ya ha comprado diferentes ediciones del Kama Sutra, su pareja insiste en que todas las posturas tienen argumentos a favor y en contra, y que decantarse por cualquiera supondría renunciar a una visión global y objetiva, así como plegarse a un punto de vista parcial y maniqueo. Cuando la mujer le informa de que el libro contiene 190 posturas a elegir, su novio afirma que ninguna le representa.

Salto de fe

El drama de la joven, quien argumenta que el inconformismo contestatario le resultaba intelectualmente desafiante al principio, ha malogrado cualquier conato de coito. El hombre apolítico sostiene que ”mientras, por ejemplo, la postura del ‘misionero’ incentiva una conexión emocional al poder vernos las caras, evidencia al mismo tiempo un cierto poso de conservadurismo que evoca la imposición dogmática de normas morales, y por tanto arbitrarias, obligatorias en épocas de dominio colonial”. La renuncia del novio a decantarse por una u otra postura se hace extensible a otras posiciones más sofisticadas. “Tomemos la postura del ‘balancín’. En este caso el contacto visual se mantiene, y no tiene connotaciones de imposición cultural. Sin embargo es una postura que defiende el capacitismo, ya que queda vetada a personas con trastornos en las lumbares, por lo que sus valores democráticos e integradores saltan por los aires”, continúa el novio.

La mujer valora la posibilidad de iniciar un procés independentista, “pero sin referendum ni nada, me compro de una puñetera vez el satisfyer y punto”.

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