La ola de frío y nieve que, según los servicios meteorológicos, llegará a Europa después de la ola de calor que ha alcanzado cifras récord ha llevado a un grupo de ecologistas con votos monacales y formación militar a crear la Orden del Destemple, conocida también entre sus integrantes como Orden de los Caballeros Destemplarios. Su propósito original será el de proteger las vidas de los cristianos que unos días salen de casa en camiseta y pantalones cortos porque hace un calor atorrante y al siguiente con bufanda y anorak de plumas al caer las temperaturas, y acaban pasándose la primavera y el verano encadenando gripes, catarros y alguna que otra neumonía.

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La Orden del Destemple ha sido aprobada por la Iglesia Católica durante el Concilio de Troyes II del pasado domingo, aunque el Papa Francisco no pudo asistir por andar fastidiado de la garganta al haberse acercado a la playa el sábado en bermudas y quedarse frío cuando cambió el tiempo por la tarde. Los Caballeros Destemplarios, monjes militares dedicados en su mayoría al análisis de meteogramas para estudiar la evolución del calentamiento global provocado por el cambio climático, recorrerán las calles de pueblos y ciudades de todo el continente con echarpes de punto para poner sobre los hombros de los transeúntes cuando refresca, abanicos de bazar chino cuando aprieta el calor a traición y sobres de Frenadol cuando ya es demasiado tarde para medidas preventivas.

“Como vamos con armadura pero desnudos por debajo los bandazos del clima no nos afectan, pero la gente es que es idiota. Mucha aplicación de móvil y mucha hostia pero luego sale a la calle sin paraguas”, comenta Adalbert Iritona, Gran Maestre, mientras prepara un termo de infusión de jengibre con limón.

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