Un informe de la Entidad de Sondas Políticas con Antelación Nocturnidad Tacto y Orden (ESPANTO) concluye que privatizar el sistema público de salud redundaría en un “mayor y mejor entretenimiento”. Según el sociólogo Vicente Rorista, que ha coordinado la elaboración del documento, “el modelo estadounidense ofrece muchísimas más posibilidades para generar jugosas anécdotas sanitarias que los apolillados y abotargantes sistemas de sanidad pública”. La crítica de televisión Gabriela Borable admite que es difícil generar dramatismo sobre la premisa de “conseguir cita, app mediante, con una enfermera para quitarte el cerumen de las orejas”.

A tanto el catéter

A juicio de Borable, comparar series como Médico de Familia u Hospital Central “y toda la purria posterior” con sus contrapartes norteamericanas Chicago Med o New Amsterdam solo puede mover a la melancolía. Vicente Rorista recuerda a un guionista de televisión que ha colaborado en la elaboración del informe y se queja “amargamente” de la imposibilidad de desarrollar personajes interesantes en un hospital público si los pacientes, además de por su cáncer, no sufren por la factura que eventualmente les arruinará. “Si tuviéramos más armas de fuego por aquí rulando igual se podría hacer un Urgencias en condiciones”, cita Rorista de memoria. Gabriela Borable considera que, ya que nos vamos a morir todos, lo mejor es hacerlo “sin matar, antes de tiempo, a más personas por aburrimiento”.

El argumento de “sanitario insoportable pero que es una eminencia y por eso le aguantan sus mierdas” tampoco resulta factible en España. Casi todos esos personajes sobre los que construir la típica “based on true story” emigraron hace tiempo, señala Vicente Rorista.

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