Si todo “anda como es debido”, según María del Vado Permanente, directora general de investigación y desarrollo de la Dirección General de Tráfico, los peatones españoles contarán a partir del 18 de julio de 2036 con un carnet por puntos como el que “ya disfrutan” los conductores de vehículos rodados de diversos pesos y ruedas. La medida, que se desarrolla en coordinación con otros estados de la Unión Europea, pretende acabar con una de las últimas “zonas de impunidad” de las que se aprovechan “seres sin escrúpulos amparándose en la cada vez más obsoleta libertad de circulación”, recalca María del Vado.

Van provocando

El aumento de las muertes de peatones en 2023, de los que casi la mitad lo fueron en siniestros en autopistas y autovías (56) frente 62 en vías convencionales, ha disparado las alarmas en la DGT. “Existe un sesgo social a favor del peatón al percibirse como la parte débil en un atropello pero las cosas no son tan guais como parecen”, explica el forense Ginés Calpelo mientras intenta recomponer el cadáver de un anciano que ha considerado una buena idea aparecer en la calzada entre dos contenedores. “Si usted ha visto lo que un jabalí atropellado puede hacerle a un utilitario imagine las consecuencias de impactar contra una vieja de 80 años con andador y cadera de titanio”, recalca la perito de seguros Susi Niestros. El carnet se otorgaría, en principio sin examen, a todos los peatones al alcanzar la mayoría de edad civil y penal.

El antropólogo Pepe Simista cree que la medida fracasará a menos que se complemente con la inyección de un microchip-contador-explosivo en los peatones. “Algo que hace cuarenta años era ciencia ficción y hoy es posible”, afirma muy en serio.

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