La asociación internacional de aeropuertos Airports Council International (ACI) ha pedido a viajeros en tránsito que no den de comer a los fumadores que se encuentran en las smoking rooms acristaladas de los aeropuertos. ACI ha pedido a los usuarios de los aeródromos que se limiten a contemplar a los fumadores a través del cristal pero que no traten de interactuar con ellos y mucho menos de lanzarles cacahuetes desde la puerta. El fumador es una especie en extinción en muchos países del hemisferio occidental y su alimentación debe ser supervisada y controlada por las autoridades aeroportuarias.

Por seguridad

Aunque observar a fumadores en aeropuertos es una de las actividades más populares en este tipo de instalaciones, especialmente durante las largas esperas en la terminal hasta que se inicia el embarque, ACI pide que no se les estrese porque su comportamiento puede ser impredecible. “El fumador suele ser pacífico. Deambula por la sala acondicionada con ceniceros pendiente de sus asuntos. Por eso los viajeros deben de tratar de alterarles lo menos posible. Y tirarles una chocolatina por mera diversión, especialmente a los fumadores de CBD, en los países en los que su venta y consumo sean legales, puede alterar la armonia de estos seres vivos adictos a la nicotina y provocar que lancen sus propias heces contra el cristal”, explica el etólogo, Volker Osseno, asesor de recreación de hábitats en el Aeropuerto Internacional Franz Josef Strauss de Múnich.

Agrupaciones de pasajeros han manifestado estar de acuerdo con la medida, aunque han pedido a los técnicos de operaciones aeroportuarias que incluyan en las smoking rooms neumáticos colgados del techo con una cuerda para solaz de los fumadores.

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