La dirección y el claustro de profesores del centro escolar que agrupa a los alumnos de Hermelange, Voyer y Nitting, en la región francesa de Lorena, y en el que han sido matriculadas cuatro ovejas, lamentan que el rendimiento académico de los ovinos no esté siendo el esperado. La decisión de inscribir a las ovejas para cumplir con el cupo de 98 alumnos por centro dictado por el Ministerio de Educación galo se había contemplado como una oportunidad para aumentar la diversidad y la integración entre el alumnado rural de la región, muy alejadas de los estándares de las grandes urbes. Sin embargo los resultados distan mucho de las expectativas iniciales y la mayoría de las ovejas sólo han aprobado gimnasia y pretecnología de primaria.

Fracaso escolar

El criador de las ovejas confiesa sentirse abochornado por sus calificaciones, además de impotente, disgustado y profundamente decepcionado ante la desidia mostrada por estas. Descartado el castigo corporal, el ganadero no sabe qué hacer para incentivar en los borregos valores como el esfuerzo o la perseverancia, y asegura que “dejarles sin PlayStation y sin móvil no ha servido de nada”. La Asociación de Padres y Madres de Alumnos del centro han tratado de consolar al propietario de las ovejas, quien afirma que “saber que hay compañeros de clase con peores notas que John, Valériane, Phil y Marguerite (nombres de las ovejas matriculadas) no es ningún consuelo”. Su absentismo escolar continuado tampoco ayuda a que pudieran mejorar sus calificaciones en lo que queda de año lectivo, ya en su recta final.

Un equipo de psicólogos ha comenzado a reunirse con las ovejas para tratar de averiguar el origen de su desinterés y buscar estímulos para que no se vean en la obligación de repetir curso.

© elkarma.eus