Un hombre que se enfrenta a varios cargos por delitos continuados de suplantación de identidad ha confesado a su psicólogo que siente el Síndrome del Impostor. El delincuente, acusado de crear perfiles falsos en redes sociales y de utilizar información personal de otros individuos para abrir cuentas bancarias, solicitar préstamos y realizar transferencias sin su consentimiento, cree que no es inteligente, ni capaz, a pesar de que las evidencias indican que es hábil, presenta un alto rendimiento y tiene éxito. Su terapeuta le ha informado de que se trata de un fenómeno psicológico muy común en personas que se ganan la vida con actividades creativas, y ya se encuentran trabajando en técnicas de empoderamiento personal.

Se siente un fraude

El estafador, que lleva más de once años enviando correos electrónicos fraudulentos haciéndose pasar por entidades legítimas, principalmente bancos, con el objetivo de obtener información confidencial de sus víctimas, tiene miedo de que las personas que le rodean, y que ahora le aprecian y admiran, “se den cuenta un día de que en realidad no estoy, ni jamás estaré, a la altura de lo que se espera de mí”. Muchos de sus allegados lamentan que esta incapacidad de internalizar sus logros le haya convertido en una persona insegura y le animan a que se valore más.

“Siempre se ha exigido demasiado a sí mismo. Cuando ya de niño falsificaba las notas de todos sus compañeros de clase era habitual oírle comentar que tampoco se le daba tan bien imitar las caligrafías de los profesores ni sus voces para comunicar telefónicamente a los padres que el apercibimiento por absentismo escolar había sido un error administrativo. Siempre ha sido demasiado perfeccionista”, ha comentado el propio delincuente haciéndose pasar por su primo de Tudela.

© elkarma.eus