Los profesionales del ramo del narcotráfico dedicados a la venta de menudeo de substancias ilegales, coloquialmente conocidos como ‘camellos’, comenzarán a llevar bata blanca de manera obligatoria durante las transacciones. La decisión parte del acuerdo alcanzado entre todos los carteles, organizaciones mafiosas y otros mayoristas del tráfico de estupefacientes internacionales para adecuar su actividad económica a los nuevos tiempos. La directiva recién aprobada trata de preparar el terreno ante potenciales políticas de legalización paulatina de la producción, distribución y venta de drogas hasta ahora ilegales, como ya está sucediendo con el cannabis, y equiparar sus actividades con la de otros gremios como los empleados de las farmacias.

Hacia la excelencia

Dar una imagen de asepsia y profesionalidad contribuiría a mejorar la percepción de los camellos, dotándoles de un dress code que les aleje de la imagen estereotipada de la sudadera con capucha. “Que te atienda con eficiencia un caballero con bata blanca cuando vas a comprar cocaína, heroína o MDMA en la parte oscura de un parking, quieras que no, te provoca una sensación de competencia y seriedad que te anima a volver. Y esto los traficantes de droga lo saben. Yo por mí todo bien”, declara Macu Charilla, cliente habitual de este tipo de profesionales, quien ve con buenos ojos la adecuación del narcotráfico a otros servicios del sector medico sanitario.

Del mismo modo, los carteles de la droga desean poner en valor el trato próximo y personalizado, así como una relación con el cliente más estrecha y cercana, alejada de la masificación de grandes centros comerciales como La Cañada Real. “Mi camello sabe mi nombre y conoce a mí familia. Eso no lo encuentras en una franquicia”, sentencia Charilla.

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