La “espontánea” felicitación de la princesa Leonor de Borbón, y su hermana la infanta Sofía, a sus padres en el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI contó con la complicidad de la reina Letizia. Fue la monarca consorte la que, “golpeando una copa con el cuchillo como en un bodorrio de chusma poligonera” según Jaime Peñafiel, propició la celebración del happening de las dos jóvenes promesas del papel couché y sus versiones digitales. Según confirman fuentes del Palacio Real, que prefieren mantener el anonimato y seguir usando esos trajes tan elegantes por los que no pasa el tiempo, “Letizia lo tenía todo atado y bien atado”.

Todo el mundo al sueldo

Leonor tuvo que prometer por escrito que lo que iban a hacer ella y su hermana se limitaría a un “acto afectuoso en línea con lo que se estila en esta familia” y que renunciaba a aprovechar la ocasión para dar un golpe de Estado o descerrajar un tiro a alguien por accidente. Los antecedentes familiares vía paterna de sus hijas tienen preocupada a Letizia Ortiz. El abuelo Juan Carlos I ha sido acusado de alentar la intentona golpista del 23-F para perpetuarse en el poder. El padre del emérito, Juan de Borbón, intentó por todos los medios sumarse a las tropas sublevadas tras fracasar del golpe de estado del 18 de julio que derivaría en una guerra civil de tres años, treinta y seis de franquismo, una transición ejemplar, el destape, la movida madrileña y el advenimiento de Internet.

Finalizados los estudios de Leonor en la Academia General Militar de Zaragoza le falta pasar por la Escuela Naval Militar y la Academia General del Aire. ”A ver si manejando cacharros se anima a liarla”, ha comentado su siempre motivado primo Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón.

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