La Fundación Española de Abogados Cristianos ha solicitado medidas cautelarísimas a juzgados de lo Contencioso-Administrativo de varias ciudades de todo el estado para que obligue a la Dirección General de Consumo a retirar los sacos de dormir de todas las tiendas, cadenas de ropa de deporte y grandes superficies. La entidad denuncia que este tipo de producto de acampada atenta contra los sentimientos religiosos porque no tiene cuatro esquinitas, como las camas tradicionales, y, por lo tanto, no permite albergar a cuatro angelitos que se lo guardan. La organización de juristas asegura que los sacos de dormir dejan al usuario católico desprotegido frente a los ataques y tentaciones del Maligno, y lo aboca sin remedio a que su alma arda por siempre en las llamas del Infierno.

Cáncer de apóstata

La Fundación de letrados ha solicitado también a la Conferencia Episcopal que inicie los trámites pertinentes para poner en marcha el protocolo de excomunión de aquellas personas implicadas en el diseño, fabricación, distribución y venta de los sacos de dormir al contribuir a la condenación eterna de millones de campistas, boy scouts, militares de maniobras, escaladores y asistentes a macrofestivales de música “aunque en este caso ya estaban condenados sin remedio desde el momento de comprar el abono”, explica su presidenta Polonia Castellanos.

Miles de fieles han comenzado a hacer vigilias con velas, organizar rezos del rosario colectivos, gritar consignas contra la corrupción de la juventud y celebrar misas de espaldas y en latín frente a establecimientos comerciales en los que se venden estos productos, además de sentadas delante de la entrada de empresas como The North Face, Mountain Hardwear, Patagonia o Decathlon.

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