Agrupaciones de bacterias E.coli han organizado manifestaciones y concentraciones en varias ciudades españolas para denunciar la creciente gentrificación de los tractos gastrointestinales durante los meses de verano por culpa del turismo masificado. Las enterobacterias critican que el precio del centímetro cuadrado de intestino delgado se ha disparado y muchas de ellas ya no pueden permitirse vivir en un aparato digestivo humano. La llegada masiva de otras bacterias E.coli turistas que saturan la oferta local de platos de ensaladilla rusa o tortillas de patata de antes de ayer dificultan encontrar a las locales un órgano digestivo para vivir y a menudo deben compartir estómago con otras familias e incluso instalarse en los riñones, muy lejos del centro.

Situación insostenible

Bacterias anaerobias facultativas comensales del litoral de la península e incluso de Baleares y Canarias han inundado las calles con pancartas con la pretensión de que el Gobierno regule con más mano dura los aparatos digestivos turísticos. “Hace años una bacteria podía vivir y reproducirse tranquilamente en un colon en Fuengirola. Ahora es imposible. Mi familia y yo, llevamos meses malviviendo de alquiler en una tapa de boquerones. Nos dicen que todos los estómagos están llenos de e.colis inglesas y alemanas”, explica un bacilo gramnegativo que teme que vaya a tener que abandonar el que ha sido su hogar durante años.

Los organizadores de las manifestaciones pacíficas han querido desvincularse de grupos de parásitos intestinales de extrema derecha que se unen a las concentraciones para exigir la expulsión de salmonellas y staphylococcus aureus “de fuera” que llegan para quitarles el trabajo y vivir de las ayudas sociales.

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