El movimiento terraplanista atraviesa una de las peores crisis de su historia por culpa del cisma que amenaza con dividir al colectivo, hasta ahora muy cohesionado, coherente y firme en la defensa de sus tesis científicas. La reciente irrupción de defensores del terraplanismo que creen que la Tierra no es un disco sino un octógono irregular ha ido ganando adeptos y podría acabar desligándose de la corriente mayoritaria. Los octogonistas han pedido a aquellos terraplanistas que aún siguen creyendo que el planeta tiene forma circular que despierten y no se dejen manipular por la narrativa terraplanista oficial, que sólo persigue mantener el control sobre la población y ejercer poder.

No se dejan engañar

Los octogonistas creen que existes motivos ocultos para mantener la mentira de la Tierra con forma de disco y que la simple observación confirma sus teorías de que el planeta es un polígono de ocho lados de diferente longitud. “¿Un disco? Sí, de Los Panchos, no te jode. Puede que Dios no juegue a los dados pero algún cuaderno de ejercicios de geometría habrá hecho…”, esgrime un defensor de la Tierra plana octogonal. El colectivo disidente tampoco cree que la Tierra esté rodeada por un muro congelado de 45 metros de altura porque “de ser verdad no tendría sentido que te cobren un euro por la bolsa de hielo en el Mercadona”. John Davis, secretario de organización de la Flat Earth Society, ha pedido cautela y no responder a las provocaciones de “grupos defensores de las teorías de la conspiración que vienen así, en complot, a revolver”.

El octogonismo asegura que continuará defendiendo la búsqueda de la verdad y ha quitado importancia a la emergente subcorriente que cree que la Tierra es un triángulo escaleno, a la que califica de pseudocientífica.

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