Txarriboda News 120 (27-11-2020)
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La autopsia realizada al recientemente fallecido Diego Armando Maradona ha revelado que jamás en su vida había consumido substancias estupefacientes. Tras la evidencia mostrada por los análisis postmortem de pelo y vísceras, su entorno más cercano ha confesado que la “afición a los alcaloides” atribuida al astro argentino era en realidad “una farsa orquestada para encajar en ese ambiente” motivada por su “timidez patológica”. Mantener las apariencias “Mirá, viejo, Dieguito era un pibe sano, que recién se tomaba una pepsicola ya te montaba un quilombo porque decía que la cafeína le daba taquicardia, pero el mundo del fútbol está lleno de vicio y depravación y él careteaba, hacía de falopero trucho para que no le recagaran la carrera ni le llamaran pollerudo”, expresa Segundo División, técnico de Anatomía Patológica de Bocca Juniors y amigo personal del jugador. “Siempre llevaba consigo una bolsita de cal de la pared cuando le enfiestaban en una orgía para disimular y que no le andaran a la mierda”, continúa División, que aclara que el delantero y mediocampista ofensivo nunca llegó a conciliar bien la máscara de crápula que mostraba a la opinión pública con la vida ordenada de straight edge que mantenía en privado. “Lo más duro para él fue tener que sacarse regularmente fotos y videos en los que aparecía con los ojos desorbitados o haciendo como que le habían sorprendido jalando a escondidas, y filtrarlos a la prensa. Siempre lloraba de pura vergüenza mientras se morfaba sus ensaladas de rúcula”, concluye el técnico sanitario, que lamenta que la súbita muerte de Maradona le impidiera montar “la franquicia de Naturhouse con la que siempre soñó”. © elkarma.eus |
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