El aumento del consumo de tranquilizantes entre la población para lidiar con la ansiedad ha llevado al Ministerio de Sanidad a explorar “un nuevo enfoque que haga visible, visibilice y permita ver la magnitud del marrón” explica Angélica Mellos, Directora General de Adicciones Legales. España es líder en ingesta de diazepam, la tercera benzodiacepina con mayor consumo mundial. Le siguen Portugal, que riega sus campos con aguas de ríos nacidos en España, Montenegro y Bosnia y Herzegovina. “En casa empezó la abuela a tomar pastillas para poder conciliar el sueño y hemos caído todos porque sus ronquidos no nos dejaban dormir”, susurra L.S.D. en su centro de atención primaria.

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Siguiendo la principal recomendación del Libro Blancazo confeccionado por un equipo multidisciplinar compuesto entre otros por médicos de cabecera con complejo de taquígrafas, psiquiatras al borde de la desesperación por empatía excesiva, estudiantes de oposiciones a juez estrella, transportistas autónomos, transportistas falsamente autónomos, empleados de hostelería que han valorado seriamente abrir la cabeza de más de dos clientes durante la última media hora y una señora de mediana edad que estaba buscando un campanario para hacer prácticas de tiro en la España Vaciada, la ansiedad pasará a denominarse “estrés pre traumático”. Esto redundará en un mayor “empoderamiento” de los pacientes que, según Angélica Mellos, encuentran el término “ansiedad” cada vez más vago, obsoleto y poco concluyente.

La ministra de sanidad Mónica García ha querido “tranquilizar sobre los tranquilizantes, ja, ja, ja, ejem, perdón” que se seguirán recetando. ”Lo de atajar las causas de tanto malestar puede salir por un pico, perdón, perdón”. Ya ha convocado una reunión de consejeros de salud autonómicos para intercambiar experiencias.

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