La Oficina Europea de Policía ha advertido sobre la proliferación de listas de parientes para secuestros exprés. Los potenciales extorsionados las llenan con familiares, carnales o políticos, que les caen mal o muy mal. “Es más común según se acercan las navidades”, denuncia Rosa Bueso portavoz de Europol. Generalmente las listas se elaboran con información aportada en redes sociales, dando siempre a entender que el cuñado X, el yerno Y o la nuera Z son las personas con las que se está deseando compartir tan entrañables fechas. “Esto hace que los criminales piquen el anzuelo y secuestren a alguien pensando que les van a soltar la pasta. Imagínense su decepción cuando les dicen que ni de coña”, explica el inspector Gasset de los Mossos d’Esquadra.

Y a mí qué me cuenta

Según Rosa Bueso, el hecho de que haya aumentado la conciencia ciudadana de que la mayoría de las llamadas para pedir rescate por un allegado secuestrado son un engaño, juega un papel tremendo en el éxito de esta nueva técnica para quitarse de encima a familiares indeseables. “Muchos timadores se han hartado de que les tomen por el pito de un sereno y se han planteado secuestrar gente de verdad, pero llegan con retraso”, precisa la criminóloga Mari Pau Topsias. En una sociedad con vínculos familiares cada vez más endebles, explica Topsias, hay decenas de miles de personas deseando perder de vista a ese hijo adolescente, esa madre absorbente o ese padre aficionado a bajarse a comprar tabaco aunque hace ya trece años que dejó de fumar por prescripción facultativa.

El inspector Gasset hace hincapié en que como la mayoría de las personas secuestradas “resultan ser gilipollas, objetivamente hablando”, los secuestradores ni siquiera intentan que desarrollen un síndrome de Estocolmo que les permitiría pasar a formar parte de la banda.

© elkarma.eus