Según revelan datos procedentes de ayuntamientos y diputaciones forales y provinciales de todo el estado relacionadas con la gestión de cementerios, la celebración de Halloween de este año podría acusar un significativo descenso de asistencia de zombies. Sondeos a pie de camposanto revelan que muchos muertos vivientes temen abandonar sus tumbas la noche de la víspera de Todos los Santos por miedo a encontrarse sus nichos okupados aprovechando su ausencia. La campaña de alerta contra la okupación desplegada por medios de comunicación y alentada por empresas de alarmas habría hecho mella en este colectivo, que se muestra receloso a acudir a los fastos de Halloween y dejar su residencia desprotegida.

Por si las moscas

A pesar de que, según datos del Ministerio del Interior y de las diferentes consejerías autonómica de vivienda, la okupación de tumbas apenas afecta a un 0,4% del parque inmobiliario, el continuo bombardeo en los informativos con noticias sobre casos aislados intranquilizan a la población de zombies, que viven con pánico el momento de ausentarse de su domicilio. “Todos los años hemos salido en Halloween con total despreocupación, pero con el panorama que nos cuentan en Antena 3 cualquier se atreve a salir la noche de 31, no vaya ser que nos encontremos el nicho familiar lleno de hippies y de drogadictos que se han colado dando una patada a la losa. Antes se podía salir tranquilamente a comer cerebros, pero con este clima de inseguridad mejor nos quedamos en casa”, explica un padre de familia zombie residente en un panteón de renta antigua, quien asegura que con Alfonso XII esto no pasaba.

Desokupa se ha ofrecido a prestar servicios de formación en defensa personal al Sindicato Unificado de Enterradores, aunque los zombies siguen sin fiarse.

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