Investigadores de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, en colaboración con la Biblioteca Apostólica Vaticana, han publicado un estudio que demuestra que la vida terrenal de los humanos es en realidad un programa de cámara oculta escrito, producido y dirigido por Dios. A partir del análisis comparativo de varios pasajes de La Biblia, la investigación sostiene haber encontrado pruebas irrefutables de que la existencia humana obedece al plan de Yahvé de generar un espacio de entretenimiento para la corte celestial que la ayudara a sobrellevar el aburrimiento durante los primeros momentos del Génesis.

Cachondo mental

Según traducciones apócrifas de los Manuscritos del Mar Muerto, lo que iba a ser un programa de verano sin solución de continuidad alcanzó tales cotas de éxito que el espacio de cámara oculta continúa existiendo hasta nuestros días para solaz de ángeles, arcángeles, serafines y querubines. Los episodios, dirigidos a un público tradicional, se centraban al principio en bromas de corte familiar, como cuando Jehová pidió a Abraham que degollara a su hijo Isaac para aparecer en el último momento con un gran muñeco de Inocente, inocente y un ramo de flores, o cuando, con la ayuda del Diablo, que hacía de gancho, mató al ganado, sirvientes y progenie de Job, quien al final de la broma decía “הרגתם לי בן, אבל צחקתי” (“Me habéis matado a un hijo, pero lo que me he reído”).

“Para algunos eruditos el programa saltó el tiburón en el momento en que Dios se disfrazó de zarza ardiendo, aunque otros expertos creen que entró en decadencia con el Antiguo Testamento, cuando enchufó a su propio hijo y lo crucificó después de la publicidad. Aún así, el programa se sigue haciendo, pero ya con feligreses de bajo perfil que pierden llaves o votan a Kamala Harris”, explica el director de la investigación Paolo Vaseline.

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