Las populares mascotas del programa El Hormiguero, Trancas y Barrancas, no han querido hacer declaraciones ante la filtración en medios y redes sociales de fotos y videos en los que aparecen participando activamente en una multitudinaria orgía furry. El escándalo ha salpicado a otras caras conocidas del medio televisivo que también aparecen en las grabaciones de la fiesta chemsex, como los peluches que protagonizan la campaña publicitaria de la cadena de supermercados alemanes Aldi. La desmesurada bacanal habría tenido lugar el pasado mes de noviembre en un ático alquilado de 300 metros cuadrados del barrio de Salamanca, propiedad del osito de Mimosín, quien ha negado tener conocimiento del uso que los inquilinos arrendatarios le daban a la vivienda. La policía se encuentra investigando el origen de las grabaciones y trata de averiguar si podría tratarse de un intento de chantaje o de algún tipo de venganza.

Donde hay peluche hay alegría

La productora de Pablo Motos 7 y Acción ha emitido un comunicado en el que se desvincula de las acciones de los colaboradores de El Hormiguero y puntualiza que, si bien no aprueba el comportamiento de Trancas y Barrancas y le parece inapropiado tratadose Antena 3 de un canal de televisión familiar, este pertenece a su esfera privada. Silvia Segarra, directora de Comunicación de ALDI España, tampoco ha querido hacer declaraciones aunque ha manifestado su preocupación por el impacto que el escándalo pueda tener en la imagen de marca de la cadena. La policía ha informado de que la filtración podría ser constitutiva de un delito contra la intimidad, si bien ya ha anunciado que iniciará una investigación por tráfico y consumo de substancias ilegales.

La comunidad furry confía en que la polémica no alimente los prejuicios hacia un colectivo ya de por sí lo suficientemente estigmatizado.

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