La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Democráfico ha anunciado tras el pleno de ministros extraordinario de ayer que el Gobierno destinará parte de los presupuestos generales del Estado a la recompra del carbón que han recibido como regalo los niños y niñas que se portaron mal a lo largo del año pasado. La decisión comunicada por Sara Aagesen, englobada dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, responde a la cautela y al compromiso con el medio ambiente, y pretende disuadir a los niños malos de reiniciar la política de generación eléctrica con carbón. El Gobierno teme que, de no tomarse medidas, los niños cuyo comportamiento ha dejado mucho que desear y, por tanto, han sido obsequiados con esta roca sedimentaria orgánogena por Papa Noel, los Reyes Magos, o cualquiera de sus franquicias locales, en lugar de recibir una bicicleta o la PlayStation 5, podrían asociarse y construir centrales térmicas que ocupasen el hueco que este año dejará la central asturiana de Aboño.

En plan

Según fuentes cercanas al Ministerio, la decisión de adelantar a 2025 el cese de la generación de electricidad con carbón, prevista en principio para 2030, podría deberse a que “los niños cada día son más cabrones y reciben más carbón en navidades de entidades mágicas, aunque sus padres les sigan regalando las cosas que han pedido, porque el progenitor de hoy en día en un individuo infeliz, acomplejado y abrumado por el sentimiento de culpa, y esta acumulación de carbón podría derivar en actividades lobbistas”, explica Manuel García Hernández, Director General de Política Energética y Minas.

El Gobierno confía en que los seres mágicos que castigan a los niños traviesos no se planteen ahora sustituir el carbón por uranio.

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