El presidente electo de Estados Unidos quiere conocer el precio del Condado de Treviño dentro de su política de adquisición de territorios. El enclave se sitúa en el norte del México europeo y perteneciente a la provincia de Burgos, estando completamente rodeado por Araba y a poca distancia del anteriormente conocido como Golfo de Bizkaia, que Trump quiere rebautizar como Ensenada de los Gabachos. Según Marco Rubio, futuro secretario de Estado, la “tibia” acogida que han tenido las ideas de hacerse con Canadá o Groenlandia han llevado a Trump a cambiar de táctica. “Ahora prefiere ir poco a poco: Treviño, Villaverde de Trucíos, Petilla de Aragón, Andorra, el Vaticano… ¡Lo que no se le ocurra!”, aclara Rubio.

Risk y Bisnes

La experta en relaciones internacionales Carlota Parrabos cree que Trump ha reconsiderado su idea inicial de hacerse con vastas extensiones de terreno por motivos económicos. “Al fin y al cabo es un hombre de negocios y los costes tienen su importancia”, barrunta. El mundo era otro cuando los EE.UU compraron la Luisiana al emperador francés Napoleón en 1803 o Alaska al zar ruso Alejandro I en 1867. “Seguramente Obama le haya explicado en el funeral de Jimmy Carter que ahora no hace falta tanto terreno en propiedad y que desde la Casa Blanca se puede enviar a los Navy Seals a repartir democracia en cualquier momento”, admite el analista militar Walter Minator mientras recuerda que los Estados Unidos mantienen más de 750 bases militares allende sus fronteras.

Los planes de Trump pasarían por adquirir parcelas, siempre que rodeen a Rusia y China, más discretas que las elefantiásicas Canadá o Groenlandia pero cargadas de posibilidades. “Según se comporten los nativos se podrían construir hoteles, casinos, polígonos de tiro y otra vez hoteles, casinos vuelta a empezar…”, explica un entusiasmado Elon Musk.

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