Las 41 órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Donald Trump podían haber sido 45. El Servicio Secreto ha hallado en un cajón del escritorio presidencial una que socializa los medios de producción entre los trabajadores. Otra, devolvía a México los territorios perdidos por el tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. La tercera, daba la ciudadanía a cualquier extranejero capaz de pronunciar de manera reconocible por Alexa “Show me the money”. La cuarta, ampliaba el texto de la segunda enmienda añadiendo al párrafo “Una milicia bien organizada es necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no se violará” la coletilla “sobre todo por si quieren des-socializar los medios de producción”.

In troll we trust

El hallazgo ha “encabronado” a Donald Trump que ha encargado a Elon Musk una investigación exhaustiva para ver quién es el “woke de mierda” que ha dejado ahí esas carpetas “tan parecidas al menú de un restaurante chino”. La pekinesa es una de las pistas, aunque el Servicio Secreto mantiene todas las hipótesis abiertas. Entre ellas cobra fuerza que el presidente saliente Joe Biden, que sacó durante algunas horas a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, haya sido un agente comunista infiltrado durante más de setenta años. “A los rojos los adoctrinan desde niños y es posible que lo fichara el KGB en casa de sus abuelos, cuando se arruinó su padre”, apunta Melania Trump que ha sido nombrada agente honoraria porque llevaba el atuendo más Gestapo friendly el día de autos.

La ausencia de Michelle Obama durante la jura como presidente de Trump en el Capitolio también ha levantado sospechas. Su perfecto conocimiento de la Casa Blanca como ex primera dama le obligará a dar explicaciones. “Todavía se recuerdan sus ‘como vaya yo y lo encuentre’…”, admite una trabajadora del complejo.

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