Un psicólogo colegiado presentó en la mañana de ayer una denuncia en la Dirección Provincial de la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social de Bilbao por intrusismo laboral. El psicoterapeuta ha comunicado, tras presentar sus credenciales profesionales, que se había encontrado con un amigo por la calle y este al verle le había dicho que le notaba deprimido. A expensas de que prospere la demanda y llegue al juzgado de lo social, el psicólogo considera el comportamiento de su conocido como una “intromisión grave” en su actividad laboral ya que no dispone de titulación, por lo que emitir ese tipo de diagnósticos clínicos sin licencia podría ser constitutivo de fraude y de un delito contra la salud pública.

Falta de escrúpulos

El profesional denunciante, que lleva varias semanas sin dormir, sumido en un profundo sentimiento de tristeza, sin ganas de hacer nada, apenas sin fuerzas para levantarse de la cama, incapaz de afrontar su día a día y asomándose al balcón de su domicilio para observar el vacío bajo sus pies durante horas, ha asegurado que no se esperaba un comportamiento tan irresponsable de su amigo. “Crees que conoces a alguien y cuando menos te lo esperas descubres que es un impostor. Un arribista. Un estafador. Un farsante que se hace pasar por un profesional de la salud mental cuando en realidad trabaja de charcutero en el Eroski de debajo de casa. Josemari, hemos terminado. No me esperaba eso de ti…”, murmuraba el psicólogo para sus adentros mientras se encontraba sentado en un banco del parque con la mirada perdida en el infinito.

El Colegio Oficial de Psicología de Bizkaia ha mostrado todo su apoyo al terapeuta y ha criticado a su allegado por hacer dumping de precios al no haber querido cobrar por la sesión.

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