Txarriboda News 1303 (30-01-2025)
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La Red de Museos de España, la Federación Española de Amigos de los Museos (FEAM) y el Ministerio de Cultura han llegado a un acuerdo histórico para implementar una serie de medidas punitivas que sirvan para regular el comportamiento de los visitantes de pinacotecas. La señalética y las advertencias de los cuidadores de sala han demostrado ser insuficientes para impedir que las personas que acuden a los museos, en su mayoría turistas a los que el arte “se la suda bastante” y únicamente siguen las indicaciones que les aparecen en sus redes sociales, se salten la distancia de seguridad cuando observan las obras y toquen los cuadros. Los vigilantes del museo no se limitarán a partir de ahora a apercibir a los visitantes sino que podrán pegarse a ellos mientras durante su trayecto por el museo, meterles el dedo en el ojo y decir “A que jode”. Dentro de un orden Los responsables de los museos son conscientes de que esta nueva política de amonestaciones implica un despliegue masivo de los vigilantes que deberán pegarse como una lapa a los visitantes impertinentes que insisten en acercarse demasiado a los cuadros y esculturas y “poner sus sucias manazas de turista incívico en las obras”, por lo que es previsible una oleada de contrataciones de empleados temporales. “Es importante que el vigilante que mete el dedo en el ojo del visitante que se salta la norma de no tocar diga el reglamentario “A que jode” con firmeza, pero siempre desde el respeto y la asertividad. Y que tampoco apriete el dedo demasiado. Lo justo para incordiar y que el visitante coja la indirecta. Un desprendimiento de cornea sería siempre el último recurso, que después de todo es gente que ha pagado una entrada. Y no barata…”, explica Rebeca Ballete, Jefa Adjunta del Área de Recursos Humanos del Museo del Prado. © elkarma.eus |
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