Ciudadanos aficionados a la panadería y la repostería saludables han decidido crear la plataforma ‘Make Integral Great Again’ (MIGA) a través de la cual critican a los defensores del pan blanco, a quienes acusan de haber relegado al pan integral a un espacio secundario en el panorama internacional como consecuencia de sus políticas liberales radical left. Los partidarios de MIGA achacan la perdida de la antaño gloriosa hegemonía del pan integral a una legislación demasiado laxa con la inmigración, que ha provocado el colapso de todos los espacios de convivencia nutricional por culpa de la sobrepoblación de bolillos mexicanos, facturas argentinas, parathas indias, msemens marroquíes o pitas libanesas. MIGA acusa a estos panes de generar un clima de inseguridad y ha llegado a acusarles de apoyar el terrorismo de grupos armados de corte glutenista.

Black bread matters

Además de endurecer las políticas migratorias del pan blanco, el movimiento ‘Make Integral Great Again’ defiende la reducción de regulaciones gubernamentales que afectan a la cantidad de salvado, germen y endospermo que puede contener una hogaza de pan integral. Los simpatizantes de MIGA quieren recalcar que su agenda política es integral pero no integrista y respeta la libertad doctrinaria de la ciudadanía “siempre que la ciudadanía haga y piense lo mismo que nosotros”. A pesar de que su apoyo al pan integral Borodinsky ruso ha despertado cierta disensión interna, la plataforma defiende ser un grupo homogéneo y compacto, “como el pan de espelta, que si no tienes cuidado al morder te salta un empaste”.

MIGA también ha querido desvincularse de otras agrupaciones pro comida sana de naturaleza conspiracionista de extrema derecha, como el grupo QuinoAnon o el partido Forza Nabo.

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