Una madre del municipio bizkaino de Barakaldo le ha dicho a su hijo mayor que le parece estupendo que abrace la corriente filosófica del nihilismo si quiere, pero que lo haga después de recoger su habitación, que parece una leonera y no le extraña que luego no encuentre las cosas. Según la progenitora, identificarse con la corriente de pensamiento consistente en considerar que al final todo se reduce a nada, y por lo tanto nada tiene sentido, está muy bien pero que primero termine las cosas que tiene que hacer y ya en su tiempo libre que rechace todos los principios religiosos, morales y gnoseológicos que le apetezca. La madre ha declarado que su hijo comenzó a abrazar el nihilismo como línea de pensamiento hacia finales del año pasado, coincidiendo con haber suspendido 6 asignaturas del primer trimestre de 2º de la ESO.

Ni nihilismo ni nihilisma

A pesar de los intentos del adolescente de 13 años de convencer a su madre de que la naturaleza y el universo son indiferentes con el ser humano, sus valores y su sufrimiento, y de que la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco, su madre ha insistido en que si no recoge el cuarto antes de mañana ya se puede ir olvidando de jugar a la consola, que hartita la tienen entre todos y que cualquier día coge sus cosas y se va, y a ver cómo se las iban a arreglar solos con el inútil de su padre. “Seguro que Turguénev y Nietzsche le hacían caso a sus madres, pero claro, el niño se queda sólo con la parte del sistema filosófico que le interesa”, murmuraba la progenitora mientras recogía la mesa del desayuno “porque ni dejar el colacao en su sitio sabeis”.

El muchacho ha comentado entre sus amistades que tiene ya ganas de cumplir los 16 para adherirse al existencialismo pesimista.

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