Servicios secretos de todo el mundo han firmado un acuerdo a través del cual se comprometen a mantener una actitud respetuosa con el medio ambiente y a adaptar sus prácticas de espionaje y contraespionaje a un contexto más ecofriendly. La primera medida adoptada será que los mensajes secretos en los que se transmite a los agentes información confidencial ya no se autodestruirán sino que deberán reciclarse y reutilizarse para controlar la huella de carbono. Las agencias de Inteligencia se han comprometido a abastecer de papeleras y contenedores especiales todas sus instalaciones sensibles de ser objeto de incursiones de espías enemigos para que estos agentes puedan depositar en ellos los mensajes con las instrucciones de su misión sin que esta tenga que volatilizarse, evitándose así la emisión de gases de efecto invernadero.

Por un futuro mejor

Las agencias de espionaje han prometido que en ningún caso mirarán dentro de estas papeleras de reciclaje ad hoc para leer los mensaje depositados por operativos enemigos porque “eso sería un poco trampa y la seguridad nacional nunca debe anteponerse a la ecosostenibilidad de todo un planeta”. A pesar de la retirada a los EE.UU. del Acuerdo de París, la CIA mantendrá el compromiso acordado por sus colegas internacionales para no llamar la atención. “Si resulta que el MSS chino, el SVR ruso o el VEVAK iraní ponen contenedores de reciclaje en sus almacenes secretos de armas o en sus instalaciones nucleares y luego van y se encuentran con papelitos quemados tirados por el suelo, va a cantar que hemos sido nosotros. Toca tragar y disimular”, explicaba John Ratcliffe, director de la Agencia.

La siguiente decisión del comité para un espionaje más ecológico será que el veneno Novichok se prepare con enzimas acetilcolinesterasa que no hayan sido testadas en animales.

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