“De perdidos al Oder” es el slogan con el que Elon Musk ha anunciado su intención de convertirse en líder de una nueva República Democrática Alemana (RDA). Su opción preferida, Alternativa para Alemania (AfD) “lo ha petao” en los comicios del 23 de febrero en los territorios que formaron la RDA entre 1949 y 1990. Musk quiere agradecer el esfuerzo al votante y ha prometido “un Reich de 1.000 años y un cuarto de hora” siempre y cuando al cargo de CEO, canciller, volkspräsident “o como lo quieran llamar” se adjunte el uso “en eXclusiva” de las instalaciones bálticas de Peenemünde. Famosas por los documentales sobre mega estructuras nazis abandonadas, Musk les tenía echado el ojo desde su tierna infancia en la Sudáfrica del Apartheid.

First, we take Manhattan

“Sería un puntazo lanzar los cohetes Space X desde dónde Fito lanzaba las bombas V2 contra Inglaterra en 1944” explica Otto Refaktöw relaciones públicas en la todavía República Federal Alemana. Refaktöw cree que Musk podrá convencer a Donald Trump de abandonar el proyecto de convertir la Franja de Gaza en un resort turístico y apoyar financieramente su plan de convertir a la nueva República Democrática Alemana en el «piso piloto” de La Nueva Europa. Los votantes de AfD recibirán el paquete Premium a la red social X y accederán en condiciones preferentes a los vehículos eléctricos de Tesla que se convertirán en el “coche del pueblo”. La empresa Wolkswagen ha anunciado que se opondrá al uso espurio de su marca por parte de Musk porque “estaría feo recordar los buenos y viejos tiempos de 1933”.

En cuanto a los votantes que no han apoyado a AfD, sobre todo en Berlín, Musk, empeñado en ahorrar costes a toda costa, se ha interesado por la capacidad del búnker de la cancillería abandonado de malos modos por su último inquilino en abril de 1945.

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