La Cuenta de La Vieja, propiedad del fondo At Least We Have Health, ha comunicado su intención de adquirir la totalidad de la Cuenta de La Lechera. Esta entidad es depositaria de los cálculos hipotéticos de decenas de millones de personas: desde jugadores más o menos compulsivos de juegos de azar hasta anhelantes familiares de ancianos agraciados con una o más viviendas en propiedad y libres de cargas. “También trabaja mucho con esa peñita que cuenta con sacarse una oposición y/o ya tiene un contrato indefinido y se cree el rey del mambo”, subraya el analista bursátil Jacinto Comocho. La Cuenta de La Vieja ofrece de entrada un canje de tres crudas realidades suyas por una multiplicación disparatada depositada en la de La Lechera.

Te puede tocar a mí

La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha suspendido la cotización ambas entidades en los parqués para evitar añadir más volatilidad a los mercados en estos momentos de turbulencias bajistas. Según Wendy Darling, presidenta del Neverland Bank que ha preparado el folleto informativo, los aranceles que está disparando Donald Trump crean un ambiente de incertidumbre brutal que sin duda favorece a la Cuenta de La Vieja. No es casualidad que este movimiento se dé cuando se cumplen cinco años de los confinamientos provocados por la pandemia del coronavirus, en los que la cotización de la Cuenta de la Vieja rozó máximos históricos acaparando pensamientos funestos y papel higiénico a partes iguales. “La apuesta está clara”, susurra Darling.

La Cuenta de La Lechera por el momento ha mantenido un silencio que Jacinto Comocho no duda en calificar de “calculador”. Comocho incluso sospecha que los propietarios últimos de la Cuenta de La Lechera podrían ser los mismos que los de La Vieja y estuviéramos ante uno de los mayores fraudes de la Historia.

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