El Ministerio de Sanidad ha comunicado a través del BOE que a partir de ahora en las cajetillas de tabaco se informará de que dejar de fumar puede dar ganas de matar. La decisión parte de la iniciativa de la Unión Europea de ampliar la Directiva sobre los productos del tabaco (2014/40/UE). Las advertencias sanitarias, que incluyen imágenes y texto que cubren el 65% de las caras frontal y posterior de los envases de cigarrillos y tabaco de liar, no se limitarán a informar de que el tabaco mata sino que incidirán en los impulsos homicidas que puede generar estar en proceso de abandonar el hábito. La normativa europea quiere de esta manera resaltar los peligros que dejar de fumar supone para las personas que nos rodean porque “de fumar sólo se cuenta lo malo”.

Pensar en los demás

Instituciones, agentes sociales y propietarios de estancos han celebrado que la decisión obedezca a un intento de desvincularse de la corriente neoliberal y anarcocapitalista imperante en la política internacional. “Que en las cajetillas se advierta de que fumar puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa es un claro ejemplo del egoísmo social que ha ido permeando en la sociedad. Poco se habla de la muerte lenta y dolorosa que nos apetecería provocar en nuestro interlocutor cuando nos hemos dejado el tabaco en la otra chaqueta”, explica Mila Nabønita, asesora de uno de los parlamentarios de la Comisión Europea encargados de la modificación del decreto.

El nuevo etiquetado pretende concienciar a los consumidores de tabaco de los peligros que acarrea querer dejarlo y les insta a pensárselo dos veces si se encuentran en esa tesitura y pretenden relacionarse con otras personas en salas de cine, reuniones de escalera o sesiones de equipo de trabajo hasta altas horas de la madrugada.

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