Carlos Mazón, presidente de la Generalidad Valenciana, ha enviado un burofax a Pedro Sánchez para proponerle que se juegue el reparto final de los 4.400 menores extranjeros no acompañados que permanecen en Canarias al póquer. Concretamente a la versión Texas hold’em, que es la utilizada en las Series Mundiales, aunque tampoco le haría ascos al póquer tapado Omaha hold’em si eso ayudara a desengrasar las negociaciones. Los 477 migrantes que le han tocado en el reparto a la Comunidad Valenciana, frente a los 26 de Catalunya, han motivado a Mazón a “animar un poco el asunto” apostándose los menores a las cartas. El jefe del ejecutivo valenciano ha quedado a la espera de la respuesta del presidente del gobierno, pero se ha ofrecido él mismo a empezar ya a buscar el recinto en el que organizar la timba y comprar el bourbon y las bolsas de Papa Deltas en gesto de buena voluntad.

A doble o nada

Aunque aún no ha trascendido de manera oficial una contestación de Sánchez, que tiene hasta el 31 de marzo para responder a la oferta, fuentes cercanas a Moncloa sostienen que Pedro Sánchez se encuentra sondeando al resto de presidentes autonómicos para ver si estarían de acuerdo con la propuesta de Mazón “o si preferirían Cheetos Pandilla en el apartado de los snacks en lugar de las Papa Deltas, que al ser Grefusa valenciana podría parecer sospechoso de favoritismo”.

Según estas mismas fuentes, las comunidades autónomas más dispuestas a jugarse sus migrantes al póquer serían Andalucía, Galicia y Castilla y León, mientras que Euskadi, Navarra y Asturias sólo se lo empezarían a pensar si las partidas fuesen de mus visto y siempre que se organizase «después de una jamada» antes de que termine la temporada de sidrerías.

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