El Comité Noruego del Nobel ha decidido otorgar el Premio Nobel de la Paz 2025 al Colchón Relax. El premio lo recogerán los hermanos Esther, Carmelo y Nacho Quintana, directores de la empresa familiar zaragozana, durante la ceremonia que se celebrará el próximo 10 de diciembre en Oslo. La decisión obedece a “no meterse en política esta vez” y alcanzar una solución de consenso. La guerra comercial entre China y EE.UU., la mala pinta que tiene lo de Gaza y que las conversaciones de paz de la guerra de Ucrania se hayan convertido “en el coño de la Bernarda” han motivado conceder el Nobel a lo único en lo que todo el mundo está de acuerdo en que da la paz y “hasta provoca que salga un hilillo de baba por la comisura cuando coges postura y te amodorras”.

Mojarse lo justo

Los teléfonos de la empresa Relax, fundada en 1907 y fabricante del colchón galardonado, no han parado de sonar desde que se ha hecho publica la concesión del Nobel de la Paz, que otros años se hace esperar hasta octubre. Amnistía Internacional, B’Tselem, Human Rights Watch, Al-Haq, ACNUR, Cruz Roja Internacional o Médicos Sin Fronteras son algunas de las organizaciones que han felicitado a la empresa de somieres por el “más que merecido” galardón.

“Lo cierto es que no ha sido una decisión difícil. Todos los miembros del comité estábamos de acuerdo en que no hay nada que dé más paz que llegar a casa y tumbarse en la cama, cerrar los ojos y pensar ‘que le den por el culo al mundo’. Muchas veces ni te quitas la ropa antes. Ahí reside el poder conciliador del colchón Relax”, explica la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, quien ha quitado importancia al hecho de que Oslo se encuentre dentro del alcance de los misiles hipersónicos rusos Tsirkon.

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