Varios colectivos de variantes del virus SARS-CoV-2 han pedido mediante comunicado de prensa ser tratados “con la misma dignidad que cualquier otra cepa de coronavirus” y que los medios de comunicación no los estigmaticen “a través de un lenguaje discriminatorio que sólo resalta sus cualidades negativas, y que pone a la opinión pública en su contra”.

Otro nucleocápside es posible

Mutaciones del coronavirus procedentes de Brasil, Sudáfrica o Reino Unido han pedido de forma conjunta dejar de ser “criminalizadas por sistema” por el mero hecho de pertenecer a grupos minoritarios. “¿Acaso no tenemos todos una corona resistente a detergentes? ¿No codificamos también ARN polimerasa?”, se pregunta uno de los portavoces de la plataforma Somos diferentes, somos virales, que denuncia que algunas modalidades del virus, como la ugandesa, sean discriminadas simplemente por la forma de su proteína S. Según los representantes de numerosas asociaciones de activistas en favor de la diversidad y el mestizaje, términos como “cepa más contagiosa”, “peligro ante su capacidad de reinfección” o “variedad que te colapsa antes los hospitales”, cada vez más comunes en periódicos y noticieros, “merma la autoestima y la voluntad de integración de un colectivo que trata de adaptarse y sobrevivir en una sociedad vírica cambiante y hostil”.

Las revistas Nature y The New England Journal of Medicine se han mostrado interesadas en publicar reportajes en profundidad para arrojar luz sobre este drama que cada vez margina a más agentes infecciosos microscópicos acelulares “invisibles a los ojos de un mundo coronanormativo”.

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