Un equipo interdisciplinar de arqueólogos y pedagogos se encuentra desarrollando un nuevo programa educativo para el Ministerio de Educación. Pretende implementar los hallazgos de sacrificios rituales incas de adolescentes en Arequipa con los planes para afrontar el aumento del desinterés de los alumnos y el mal comportamiento en el aula registrados durante el último curso.

Sabiduría ancestral

“Tenemos mucho que aprender de las culturas antiguas. No sólo son un ejemplo a seguir a la hora de optimizar recursos formativos sino que nos van a servir para aplicar campañas de motivación destinadas a los chavales que no encuentran incentivos que les inclinen a mejorar su rendimiento académico”, explica Amaia Cimiento, antropóloga y organizadora de excursiones al campo de grupos de tiempo libre. El sistema de reciclaje pedagógico selectivo inca, descubierto a través de los restos óseos de niños, prepúberes y adolescentes arrojados al fondo de volcanes, sería tenido en cuenta para elaborar un plan que ofreciera una alternativa ocupacional “a todos esos muchachos y muchachas que no terminan de encontrarse a gusto en las clases y caen en la desidia, en la molicie y en el nihilismo improductivo”. “Además, si con la tontería el ritual Capacocha nos sirve para ganarnos el favor del dios Pachacamac, pues miel sobre hojuelas, que no todo van a ser restricciones y campañas de vacunación”, concluye Cimiento.

La comunidad arqueológica internacional ha aplaudido la iniciativa y cree que contribuirá a acabar con el vandalismo juvenil, “una lacra social que viene de largo”, como demuestran las huellas de pies de niños incívicos de hace 16.500 años encontradas recientemente en una cueva cántabra.

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