El Parlamento Vasco presentará en breve el cordón sanitario diseñado para la formación de extrema derecha Vox. Según fuentes cercanas a la Comisión parlamentaria creada a tal efecto, se trata de un “cordón de hábito de monje franciscano al que irán prendidos un dispensador de gel hidroalcohólico, un bote de agua oxigenada y una caja de tiritas de tamaño mediano”.

Lo importante es la salud

Gorka Cahuete, técnico de intendencia en Osakidetza, que ha ejercido de asesor durante todo el proceso, asegura que “el agua oxigenada cuenta con tapón de seguridad infantil, pero aparte de eso, las tiritas son abrefácil” por lo que a Vox “le basta y le sobra con un único asesor por si se lía con las instrucciones de uso”. Amaia Martínez, única parlamentaria vasca de Vox, ha mostrado su indignación por la medida. “Para empezar, ¿qué es eso de franciscano? ¿Qué somos, hippies?”, protesta Martínez. La dueña de una armería prefiere que el cordón sea dominico “que por algo inventaron la Inquisición para expulsar a los infieles”, algo con lo que “siempre hemos estado muy a tope en Vox”. Tampoco le gusta que los productos del kit sanitario no lleven serigrafiada la bandera española. “Nos han dicho que es para abaratarle costes al erario público. Como si eso importara…”, concluye.

El Congreso de los Diputados estaría barajando aplicar la misma medida. Desde el PP solicitan, “puestos a repartir cordones”, recibir uno ellos también, pero con una caja de Torazina “por si al final echamos a Caye y no se lo toma bien”.

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