La boca eruptiva que se abrió el viernes de la semana pasada, a unos 300 metros al sur del cono principal del volcán de Cumbre Vieja, ha comenzado a emitir Es la mañana de Federico, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Los habitantes de La Palma aseguran encontrarse conmocionados por el último fenómeno vulcanológico y confiesan que echan de menos cuando sólo salía lava.

Tragedia de proporciones dantescas

Los vecinos de San Borondón, La Condesa, Marina Alta, Marina Baja y Tazacorte se mantendrán en alerta mientras las emisiones continúen y han vuelto a ser confinados en refugios de emergencia insonorizados con cajas de huevos. “Está siendo horrible. A las 6 de la mañana empieza el editorial de Jiménez Losantos y el resumen de prensa con Silvia Riveiro. A las 7, el comentario de actualidad y la prensa económica con Luis Fernando Quintero. A partir de las 8 llega la Tertulia y a las 10 el repaso a las noticias de Juan Pablo Polvorinos. Luego la crónica rosa con Isabel González, y de 11 a 12 comienza el magazine, que cambia en función del día de la semana. A partir ahí toda la secuencia se repite en bucle”, explica notablemente nerviosa Cata Marán, portavoz suplente del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).

Efectivos de bomberos y Protección Civil encargados de las tareas de evacuación se encuentran desbordados por la envergadura de semejante catástrofe humanitaria. “Yo estuve en Haití en 2010. Pensé que nunca vería nada tan terrible. Me equivocaba…”, informa un sargento de la Unidad Militar de Emergencias, que confía en que el volcán vuelva pronto a emitir únicamente piroclastos.

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