La justicia australiana ha dictaminado que el tenista serbio Novak Djokovic teletrabaje el Open de Australia y zanjar así el dilema sobre su participación en el torneo. Los organizadores del campeonato oceánico han llegado a un acuerdo con la Federación de Tenis Internacional para instalarle una Nintendo Wii en el búnker en el que se encuentra confinado y que pueda comenzar sus entrenamientos.

Solución de consenso

A pesar de que el juez Anthony Kelly no termina de creerse de que Djokovic haya pasado el covid en diciembre “porque tose poco y hay una cierta carraspera que se les queda a los contagiados y este prenda la imita fatal”, ha decidido cambiarle el visado por un pase de temporada del Grand Slam Tennis para que pueda jugar el Abierto on line. “A mí me la repampinfla jugar en tierra batida, en cemento o rascándome el escroto sentado en un sofá de skay. A mí lo que me importan son los 75 millones de dólares asutralianos del premio, mientras no me los paguen en bitcoins”, explica el serbio mientras se limpia los restos de cheetos pandilla en la camiseta. El tenista número uno del mundo ha jurado que se habría contagiado de coronavirus al caer en un pozo lleno de murciélagos junto a la mansión familiar, poco antes de que sus progenitores fueran asesinados en un callejón al salir de un cine tras ver El Zorro, asunto que su padre Srdjan ni confirma ni desmiente.

Rafa Nadal ha celebrado la decisión de los jueces siempre que se le permita enfrentarse a Djokovic en modo multijugador después de haber adquirido un bazooka en la Epic Games Store del Fortnite y que le dejen restregarle los testículos por la cara cada vez que le gane un set.

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