Txarriboda News 524 (21-03-2022)
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Miles de gasolineras han comenzado a vender combustible únicamente si el cliente presenta avalistas que respondan por él aunque sea hipotecando una vivienda en propiedad. Las estaciones de servicio están colapsadas con largas colas de automovilistas acompañados por sus padres, que deberán firmar el crédito con el operario del surtidor si quieren que les llenen el depósito. Apretar sin ahogar Los dueños de vehículos consideran que es una medida que alivia ligeramente la presión económica que supone echar gasolina o diesel porque “otra opción era vender el coche para poder adquirir el combustible, pero había algo que no terminaba de encajar”. Miles de progenitores se mantienen cautelosos ante las implicaciones de la medida promovida por las empresas propietarias de las gasolineras, porque temen que sus hijos estén conduciendo por encima de sus posibilidades. “El otro día fuimos a firmar a una estación de Repsol. Al niño le hacía ilusión poder llenar medio depósito. Pero con su sueldo de ingeniero de telecomunicaciones no le llegaba para más de diez litros, así que presentamos la casa como aval. Sólo con ver la cara de alegría que puso el chiquillo cuando la agujita del indicador se movía y dejaba de pitar la luz roja de la reserva… Me emociono sólo de acordarme”, explica Marimar Chatrás, madre preocupada a la que no le importa poder perder su vivienda “con tal de que el niño pueda hacer trompos a gusto”. Varias familias que no tienen la posibilidad de aportar avalistas han planteado poder cambiar el combustible por su hijo primogénito para que trabaje de esclavo en la estación de servicio, ya que las gasolineras han dicho que “de abuelos y perros ya tenemos stock de sobra”. © elkarma.eus |
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