La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha nombrado al presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, empleado del año “por su esfuerzo, dedicación y constancia en la captación de nuevos estados socios para agrandar esta gran familia”. Putin no sólo recibirá una generosa prima por objetivos después de conseguir la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza Atlántica sino que además su retrato adornará la pared de la fama en la sede de la OTAN en Bruselas.

Ha costado

El premier ruso ha querido agradecer personalmente a Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, el reconocimiento a su labor y a su compromiso con la organización militar intergubernamental “y, por qué no decirlo, con la paz, que es nuestro fin último después de todo”. La gesta comercial de Putin ha sido especialmente valorada por poner fin a una larga tradición de desarraigo y escepticismo por parte de los dos países escandinavos. “En 2011 sólo el 23% de los suecos estaba a favor de entrar. Y en 2015 el 43 % de los finlandeses encuestados se opusieron al ingreso. Pero esto es una carrera de fondo, trabajada a pico y pala desde 2014 con lo de Crimea, porque con perseverancia todo se puede conseguir en esta vida”, comentaba Putin emocionado. El presidente de Rusia confiesa haberse inspirado en las cuñas publicitarias de venta de alarmas de Securitas Direct “que solía escuchar en la COPE durante el desayuno” para pergeñar su estrategia de captación de clientes.

Aunque aún no se ha fijado una fecha oficial para la ceremonia de entrega del galardón, Vladimir Putin se encuentra cuadrando agenda en función de varias gestiones que tiene pendientes en Mariúpol.

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