Las protestas pacifistas que se suceden desde que comenzara la octava ola han culminado con una gran manifestación que ha congregado a miles de coronavirus en contra de la pandemia y sus políticas imperialistas. Las noticias que difunden los medios acerca de las campañas de vacunación, el goteo de bajas en las filas del covid y el reclutamiento de cepas cada vez más jóvenes han concienciado a la opinión pública vírica, que ahora exige la retirada de las tropas y el regreso a casa de todos los agentes infecciosos.

Basta ya

La marcha multitudinaria ha recorrido la ciudad de Wuhan, símbolo del expansionismo del coronavirus, y ha culminado con una concentración en el mercado mayorista de mariscos de Huanan. Desde la cabecera de la manifestación se han denunciado las atrocidades cometidas contra células humanas y se han difundido pasquines con imágenes de ribosomas violados por el ARN del SARS-CoV-2 durante las operaciones de infección. Veteranos de la pandemia han quemado sus proteínas S en señal de rechazo al conflicto. “Ha quedado claro que la guerra está haciendo mucho más que devastar las esperanzas de los coronavirus pobres en el planeta. Se envían a sus hijos y sus hermanos y sus esposos para luchar y morir en proporciones extraordinariamente altas. Están combatiendo en el frente europeo sublinajes BA.4 y BA.5 que son prácticamente unos críos”, denuncia una cepa de Delta que ha cumplido dos turnos de servicio de la pandemia en los focos de Melilla y Río de Janeiro.

Los organizadores de la manifestación han calculado una asistencia de 532 casos por cada 100.000 habitantes aunque según la Delegación del Gobierno Pandémico la cifra de participación se vería reducida a la mitad.

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