Txarriboda News 637 (11-08-2022)
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El algoritmo de Netflix encargado de registrar las búsquedas de contenidos disponibles y así conocer los intereses del usuario asegura que se siente como un fraude y cree que lo que ha logrado ha sido suerte, y no parte de su talento y esfuerzo. A la espera de que se tramite la baja por depresión de la IA, el equipo técnico de Netflix sospecha que “algo de eso hay”. Demasiada presión Desde las direcciones de Comunicación, Producto, Contenido, Marketing y Recursos No Humanos se han enviado al algoritmo postales de apoyo, de esas en las que sale un gato colgando de un alambre, con frases como “Ánimo, figura”, “Arriba, campeón” o “No te me vengas abajo, cagoendios”, al tiempo que Reed Hastings, CEO de la compañía, ha convocado una reunión de urgencia para buscar alternativas. La crisis de fe del algoritmo en sus propias capacidades para jugar con patrones de consumo y probabilidades al mismo tiempo que se pliega a los intereses corporativos de empresas vinculadas con la plataforma le ha sumido en un bloqueo profesional que podría derivar en cuadros severos de ansiedad. “Hay mañanas que me levanto de la cama, me incorporo al trabajo y justo se conecta un usuario ocasional que apenas tiene actividad. Y se supone que le tengo que recomendar algo. Me quedo en blanco, me entran sudores fríos, se me seca la boca, empiezo a temblar y acabo vomitando. Porque soy un impostor. Un puto fraude. Mi vida es mentira”, lamenta el algoritmo mientras respira a través de una bolsa de papel. Por si el trastorno de ansiedad del algoritmo se prolonga, Netflix ha pedido presupuesto a varios fabricantes de máquinas tragaperras para buscar alternativas a los criterios de recomendación de contenidos. © elkarma.eus |
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