Txarriboda News 639 (13-08-2022)
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La Organización Mundial de la Salud ha decidido incluir el pesimismo en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. La decisión viene precedida por la iniciativa de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría de introducir la condición de pesimista dentro de la sexta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-VI). Emergencia sanitaria Los trastornos del espectro pesimista son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro que afectan cada vez a más personas en todo el mundo. Al contrario de lo que sucede con otros desordenes mentales que implican problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos, el pesimismo en un desarreglo altamente contagioso y por lo tanto supone una grave amenaza para la salud pública. “La persona pesimista supone un peligro para sí misma y para los demás. Mientras que un individuo sano se queda tranquilo cuando se le dice que no llevar corbata va a contribuir a salvar al planeta del colapso ecológico, el pesimista sufre una angustia desaforada ante los más nimios contratiempos, como que el IPC supere el 10% o que haya una guerra con vocación nuclear en el centro de Europa”, explica preocupado el neurólogo Jacinto Dovabién. La inclusión del pesimismo en la clasificación pretende concienciar sobre la gravedad del asunto tanto a los profesionales de la psiquiatría como al conjunto de la población. “Antes casi no había homosexuales y fue sacarles en 1990 del DSM-II para que ahora estén por todas partes. Yo ahí lo dejo”, añade Dovabién visiblemente turbado. © elkarma.eus |
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