Bancos y plataformas de afectados por la hipoteca han llegado a un acuerdo amparado por el Tribunal Supremo mediante el cual quienes hayan recibido aviso de desahucio o desalojo por impago, podrán enrolarse en unidades de desahucio de terceros por un periodo no inferior a 20 años y conmutar de este modo su deuda con la entidad bancaria correspondiente. La iniciativa estaría inspirada en el derecho militar latino, concretamente en la decisión del emperador Justiniano I el Grande de permitir en el siglo VI que los prisioneros de guerra pudieran reengancharse en el ejército romano de Oriente.

Grandes remedios

Los agentes implicados en la iniciativa, que va a suponer un antes y un después en la gestión de los alzamientos hipotecarios, creen que el compromiso alcanzado va a permitir dormir tranquilas a muchas familias insolventes. “Mi mujer y yo ya habíamos empezado a asumir que tendríamos que irnos a vivir con mi suegra al perder el piso, porque desde que estoy en el paro no podemos afrontar la hipoteca. Pero ahora hemos visto la luz al final del túnel. Un par de semanas de entrenamiento en un campamento de Desokupa aprendiendo manejo de maza, intimidación y llaves de inmovilización y listo. Nos desplazan al desahucio que nos ordenen, y a ganarnos el indulto”, explica un agradecido Agapito Quisling, exempleado de Twitter y padre de dos niñas, que también deberá permitir la instalación de cajeros automáticos abiertos al público en su domicilio.

Diversos sindicatos de vivienda y agrupaciones de inquilinos han denunciado que la opción del enrolamiento es “una estafa piramidal, un esquema de Ponzi porque si todo el mundo se apunta a desahuciar no va a haber desahucios para todos”.

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