Oleadas de mapaches estadounidenses llegan cada día a los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle aprovechando el comienzo de la temporada alta de basura. Según la Oficina de Turismo de París, a comienzos de semana se habían alcanzado cifras record que ya han superado en afluencia de visitantes a las del anterior pico de octubre de 2015. La actual acumulación de basuras a causa de la huelga es óptima para el turismo de mapaches extranjeros, que ayudarán a cubrir el déficit de Baylisascariasis, Ascariasis, Rabia, Salmonelosis, Leptospirosis y otras enfermedades infecciosas y parasitarias.

Turismo gastronómico

Grupos de mapaches recorren las calles de París alimentándose de los restos de comida en estado de descomposición que inundan la ciudad y alimentando a su vez la ilusión de los parisinos, que comprueban como el turismo masivo de viajeros de fuera del país alcanza niveles prepandémicos. “Tampoco queremos desmerecer el turismo local de proximidad. En esta temporada alta de basura hemos visto muchas ratas de los alrededores que visitan la ciudad. Pero claro, el turismo de fuera es el que ha caracterizado el cosmopolitismo de la ciudad de las luces, aunque ahora esas luces no se vean tanto porque las tapan cajas de cartón, mondas de patata y bricks de leche. Qué colorido, qué algarabía, ojalá Macron hubiese decidido antes reformar las pensiones por decreto”, expresa un vecino de Montmartre al que un matrimonio de mapaches ha pedido que les haga una foto con el Sacré Coeur al fondo.

Asociaciones animalistas han denunciado que ratas cercanas al Frente Nacional han protagonizado altercados aislados con MENAs (mapaches extranjeros no acompañados) pero por el momento no se han registrado casos de balconing.

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