Txarriboda News 836 (26-04-2023)
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El rey emérito ha comunicado a través de sus allegados que ni visitó Vitoria-Gasteiz el pasado lunes para acercarse al domicilio de la madre de Iñaki Urdangarin, donde reside su yerno, ni se le ocurriría volver a hacerlo, e insiste en que su desplazamiento desde San Xenxo a la capital vasca se debió exclusivamente a razones médicas. Juan Carlos de Borbón ha negado haberse personado en la casa de Claire Liebaert, en la urbanización privada Ciudad Jardín, forzar la cerradura, colarse en su interior aprovechando que no había nadie dentro, sentarse en un sillón de orejas con las luces apagadas, esperar a que apareciese Urdangarin y sorprenderle al entrar mientras agitaba parsimoniosamente un brandy servido en copa de balón. Nóos lo tendremos que creer El padre de Felipe VI ha negado también que en ese momento, cuando se encendieron las luces, se incorporase lentamente para, tras una pausa dramática, recordarle que debía seguir manteniendo “la puta boca cerrada” si no quería acabar en el fondo de embalse Ulibarri-Gamboa, y que si seguía respirando y no en una cuneta de Mallorca era por respeto a su hija, la infanta Cristina de Borbón, y a sus nietos Pablo Nicolás, Miguel, Irene y Juan Valentín. El emérito asegura que otra de las cosas que tampoco hizo fue informar al exconvicto de que su actual novia, Ainhoa Armentia, parece buena chica y que sería una pena que tuviese un accidente junto a sus dos hijos adolescentes, como le pasó por ejemplo a Sandra Mozarowsky en 1977 o a su propio hermano en 1956, por culpa de una indiscreción. Don Juan Carlos ha querido recalcar que en ningún caso terminó la visita con la inesperada aparición, tras llamar a la puerta, de Froilán, quien después de golpear a su tío en la boca del estómago habría abandonado el piso junto a su abuelo. © elkarma.eus |
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